Se establecerán medidas para reducir al mínimo el impacto acústico y ambiental en la zona y se recuperará el Vivero de Rodalquilar, actualmente en desuso.
En su primera edición, el Festival ‘Otoño y Sal’ que se celebra en Níjar del 11 al 13 de octubre no solo es un evento cultural de primer nivel, sino también un modelo de sostenibilidad y respeto al medio ambiente para los demás eventos musicales que se celebran en España.
Así, en el festival que patrocina el Grupo Hozono Global se han adoptado una serie de medidas cuidadosamente planificadas para minimizar el impacto ecológico, promoviendo la responsabilidad ambiental entre los organizadores.
Además, el festival también incluye un proyecto de recuperación del Vivero de Rodalquilar, actualmente en desuso. En colaboración con el Ayuntamiento, se llevará a cabo su adecuación, incluyendo tareas de desbrozado y mejoras estructurales. El recinto se decorará con una temática vinculada a los recursos patrimoniales y naturales de la zona, convirtiéndolo en un espacio para futuras actividades culturales.
Además, se han diseñado unas medidas técnicas muy exigentes con el fin de que se cause el mínimo impacto acústico y ambiental en la zona, reduciendo al máximo lo permitido por la producción artística. Así, los sistemas acústicos han limitado al máximo la potencia y se redireccionarán para que el impacto fuera del perímetro sea mínimo.
En cuanto al diseño de iluminación, se ha previsto la incorporación de una cámara negra, inicialmente no necesaria y una cubierta para crear una caja escénica lo más hermética posible, con la finalidad de que haya el mayor control de iluminación y los mínimos impactos lumínicos externos. Además, no se emplearán luces led de ningún tipo.
Por supuesto, en el festival se eliminarán las entradas impresas y los asistentes accederán mediante códigos QR y entradas móviles. Además, se emplearán vasos reutilizables para reducir los residuos plásticos, lo que minimizará la generación de residuos.
Por otra parte, en colaboración con el Ayuntamiento de Níjar, se ha implementado un sistema de recogida selectiva con contenedores diferenciados para residuos orgánicos, plásticos, vidrio, papel y cartón, y materiales no reciclables. Esto facilita el reciclaje y asegura que los residuos sean tratados adecuadamente, reduciendo el impacto del festival en el medio ambiente.